martes, 31 de agosto de 2010

Nuevos comienzos

El inicio de cada año académico significa un nuevo comienzo para mí; nuevas clases, nuevas oportunidades de aprendizaje, de conocer gente, de reinventarme, y de mejorar mi estilo de vida. Comenzaré clases de nuevo el miércoles de la semana que viene, lo que significa que mi regreso a Boston está muy cerca (el próximo domingo, para ser precisa) y que estoy ansiosa por esta oportunidad de comenzar de nuevo.


Este año espero poder volver adaptarme a estudiar sin contratiempos (dado que por mi pasantía no he visto clases desde el otoño pasado), continuar con el estilo de vida vegetariano que comencé a principios de Agosto, hacer que mi práctica de yoga sea más constante (sin importar el frío o la nieve que deba atravesar para llegar a ella) y conseguir una nueva pasantía que me proporcione mayores retos y más oportunidades de aprendizaje. 


La pasantía que hice de febrero a junio realmente cambió mi perspectiva con respecto al mundo profesional. Entré en la oficina pensando que trabajar en una compañía era seguir órdenes, hablar nada más de trabajo, y dedicar 8 horas de tu día a mirar la pantalla de una computadora (en mi caso de dos pues trabajaba con una Mac y una PC). Sin embargo, esta experiencia me enseñó que así como el trabajo se convierte en una parte importante de tu vida, las actividades que pertenecen a tu vida cotidiana también son importantes en el ambiente laboral. En mi compañía tuve la oportunidad de conocer un grandioso grupo de personas que me enseñaron sobre el respeto profesional, el trabajo en equipo, y lo que significa estar en un ambiente laboral eficiente y contribuir a él. Algunas de las personas que conocí en esta compañía seguirán formando parte de mi vida dado que nos aprendimos a valorar mutuamente no sólo como colegas, sino como seres humanos, y me siento muy afortunada por ello. Estoy lista para trabajar en una nueva compañía y aprender más sobre otras personas y la carrera que estoy estudiando.


Hace mucho tiempo escribí por primera vez sobre mis deseos de cambiarme a una dieta vegetariana. A pesar de haberlo pensado mucho y haberme informado al respecto, realmente no tenía un motivo al cual acudir en momentos de duda en cuanto a mi propósito. Sin embargo, esto cambió durante las vacaciones, pues mientras veía un programa en Food Network observé cómo le quitaban sus entrañas a un pescado para hacerlo comestible. No sólo me pareció desagradable la imagen, sino que ésta me hizo pensar en cómo era posible que yo pudiera alimentar mi cuerpo con partes de algo que en algún momento estuvo vivo y tuvo contacto con huesos/cartílago, sangre, órganos, etc. No sólo me pareció cruel desde el punto de vista animal, sino incomprensible desde el punto de vista de alguien que respeta a su cuerpo. Por eso decidí comprometerme a tener una dieta vegetariana, y cada vez que tengo una duda al respecto recuerdo la imagen de ese pescado cuyas entrañas fueron extraídas. Me emociona volver a Boston porque obviamente es un sitio mucho más amistoso para las dietas vegetarianas, dada la variedad de opciones libres de animales que hay tanto en restaurantes como en supermercados.


Por último (last but not least) quiero que mi práctica de yoga se vuelva una parte más imprescindible de mi vida. Durante los meses de marzo, abril y mayo me sentí muy orgullosa de mi constancia en el yoga, y mi cuerpo también me lo agradeció, pues me sentía llena de energía y fortaleza. Lamentablemente me dejé caer en un abismo de indulgencia y dudas de mi capacidad de continuar con un estilo de vida saludable y lo abandoné durante mi último mes en Boston, también dejé que mi asistencia a la práctica se viera influenciada por si una amiga también iba o no. Pero me he dado cuenta de que esto es algo que tengo que hacer por mí misma, que mi práctica de yoga es algo que me pertenece y que valoro, y que por lo tanto debo protegerla. Este semestre las cosas se harán algo difíciles porque el frío, la nieve y la lluvia comenzarán a sabotear mi determinación pero lo importante es no abandonarlo todo sólo porque en una que otra ocasión no logre mi objetivo.


El otoño me aguarda y no puedo esperar a ver lo que la caída de las hojas tiene preparado para mí.


-AC