jueves, 7 de enero de 2010

The Creation of Eve por William Blake

Tuve la oportunidad de ver esta acuarela de William Blake en el MFA, perteneciente a su colección de ilustraciones para "Paradise Lost" de John Milton. No sé por qué me conmovió tanto; todavía cuando la recuerdo o veo la imagen en mi pantalla me causa una sensación extraña.


Food, Inc.

      Esta tarde vi un documental llamado "Food, Inc.", dirigido por Robert Kenner, y quedé con ganas de hacer una huelga de hambre pero terminé yendo a mi restaurante tailandés favorito y comiendo lo mismo que siempre como: gyozas que tienen cochino y pollo y "drunken noodles" con pollo (sí, sí, es terrible como los extremos me definen). No puedo creer que fui capaz de comer esto después de ver el maltrato al que son sometidos estos animales y las condiciones insalubres en las que viven antes de llegar tan bonitos y apetitosos a nuestro plato.

      Hace unos meses intenté comenzar una dieta vegetariana, para ser sincera simplemente por seguir las tendencias de la mayoría de las personas con quienes me juntaba. Luego pasé toda la pena con ese grupo gracias a los efectos del alcohol que me indujeron a darle entender a alguien que realmente no me gustaba que sí me gustaba y a decirle no sé cuántas cosas a otras personas que me atraían o habían atraído, así no volví a pasar tiempo con ellos y dejé de ser "vegetariana". Para colmo, la dieta vegetariana lo que me dejó fue un montón de kilos de más porque a falta de carnes me llené de carbohidratos simples; aún conservo estos kilos y aunque una de mis metas para este año es adelgazarlos for good (porque ya los había adelgazado en el verano pero los volví a ganar) la soledad y el frío tienen efectos devastadores en mi dieta dado que lo único que me provoca es ir a Starbucks a leer (y por ende consumir cualquier cosa que tengan ahí) o quedarme en mi cuarto y ordenar comida del susodicho restaurante tailandés.

      Pero volviendo a lo del documental, realmente después de verlo me sentí terrible ante el prospecto de comer carne de nuevo (estoy pensando en el pollo del restaurante y la culpa me hace querer vomitar >_˂). En realidad me gustaría tratar de tener una dieta vegetariana, no por la gente que me rodea (que no son vegetarianos en su mayoría ahora) sino por las consecuencias que la indiscriminada producción y consumo de carne tienen para el ambiente y nuestra salud. La verdad es que el documental me dejó toda paranóica con respecto a cualquier comida no-orgánica producida en los Estados Unidos, y tomando en cuenta el que no tengo cocina, no me queda más que depender de los comedores de la universidad que estoy 100% segura no sirven comida orgánica. 

      Sin embargo, creo que el eliminar las carnes de mi dieta debería tener algún impacto en mi paranoia y condición física siempre y cuando no acuda a las bondades de Starbucks cada vez que tengo hambre y comience a hacer ejercicio. Debería tratar de retomar el yoga, no puede ser que lo haya practicado desde los 14 con tanta asiduidad -y modestia aparte, talento- y que lo haya abandonado así desde que me mudé a Boston. En el futuro cercano escribiré sobre cómo me siento con respecto a esta experiencia catártica ambiental y física y si los kilos se han ido por la borda.

martes, 5 de enero de 2010

¿Por qué el pensamiento científico no es superior al no científico?




      El pensamiento es producto del hombre y a su vez una celebración de la existencia del mismo, independientemente de la naturaleza de este pensamiento. El pensamiento científico y el no científico se dan la mano en cuanto a su última finalidad, la cual es celebrar el genio humano. Si ambas ramas del pensamiento tienen un mismo origen y un mismo fin, ¿no es ridículo tratar de hacer una diferenciación en cuanto a su importancia?

      El pensamiento científico y el no científico son diferentes manifestaciones del genio humano. Sin embargo, a lo largo de la historia esta igualdad de origen y de fin se ha ido olvidando para dar origen a una separación del conocimiento científico y el no científico.


      En la antigüedad, el conocimiento científico y el no científico no se diferenciaban como en la actualidad porque el conocimiento era uno solo; filosofía, arte, literatura, matemáticas y demás materias estaban todas unidos por el sistema educativo conocido como "paideia", ("educación circular"), un sistema que englobaba todo.

      La separación de la ciencia y la no-ciencia vino en la modernidad con la aparición de pensadores como Descartes, quien puso a la razón por encima de todo, haciendo que la ciencia adquiriera suma importancia. El pensador Alexander Baumgarten, aun siendo esteta, colocó al conocimiento sensible por debajo de las "ciencias verdaderas" ya que consideraba al primero como una “idea confusa”.

      Más tarde Inmanuel Kant elevó el estudio de la estética y las denominadas no-ciencias al mismo nivel de la ciencia, de las "verdades de razón". Esto se puede notar en su libro "Crítica de la razón pura", en el que escribió un capítulo dedicado a las ciencias formales; su idea era elevar a la metafísica y a la estética a los mismos niveles racionales. Con este libro superó el marcado empirismo de Hume y la metafísica dogmática de los autores racionalistas. La ciencia y la no-ciencia vuelven a adquirir el mismo rango.

      Esta igualdad no duraría mucho. Posteriormente, el filósofo Friedrich Nietzsche coloca a la estética, la música y la filosofía por encima de las ciencias, acotando que por ejemplo la matemática y la lógica eran abstractas y no decían nada del mundo real, a diferencia de las artes que eran expresiones reales y vivas del ser humano.

      Si bien hay un Dios cristiano, cuyas reglas morales tiene millones de seguidores alrededor del mundo, en la actualidad ha aparecido la diosa ciencia, en la cual mucha gente ha puesto -por así decirlo- su fe. La ciencia y la tecnología se han convertido en necesidades para la humanidad y cada vez más personas se desentienden del pensamiento no científico y se transforman en seres casi deshumanizados cuyas vidas se rigen únicamente por el producto de un laboratorio sin sentimientos.

      Ciertamente la ciencia avanza, pero también tiene sus tropiezos. Un ejemplo de estos tropiezos en la actualidad es la existencia de dos teorías, aceptables ambas, pero incompatibles entre sí, de la luz; una clama que la luz se propaga por medio de partículas y la otra que es  por medio de ondas. La confianza en la ciencia es válida, pero no superior a la no-ciencia; lo que en cualquiera de los casos las separa es que la ciencia es comprobable y la no-ciencia es más teórica. Sin embargo, tanto ciencia como no-ciencia tienen ciertos niveles de abstracción que son aceptados por sus adeptos, y si los adeptos a las ciencias y a las no-ciencias pueden aceptar dicha abstracción en las mismas, ¿por qué no pueden aceptar el nivel de abstracción que hay en la materia de la cual no son -por así decirlo- partidarios?


      La ciencia no debería ser considerada superior a la no-ciencia. Aunque ultimadamente su origen y su fin fueran los únicos elementos que tuviesen en común, el ser humano no puede (o no debería poder) sobrevivir sin el conocimiento sensible. El día que el ser humano pueda vivir sin esta clase de conocimiento, individuo perderá su identidad como ser humano en sí y se rebajará al mismo nivel de las máquinas que ha creado. Lo creado consumirá al creador. El  conocimiento sensible es el que nos convierte en creadores y el que nos permite dar testimonio de nuestra existencia y evolución como individuos y sociedad, si éste se extingue, nuestra historia se extinguirá con él y pasaremos a ser individuos vagando por un mundo en el que no habrá nada que recordar.

lunes, 4 de enero de 2010

Nuestros pensamientos a puertas abiertas

Esto es algo que escribí poniéndome en la posición de alguien que vive en un mundo donde se pueden escuchar los pensamientos de todos:


Siempre me he preguntado por qué en la creación no se incluyó un concepto de “privacidad mental” e irónicamente, todos lo saben, y yo sé que ellos también se lo preguntan. No tenemos mucho de qué quejarnos sin embargo, pues nunca hemos conocido una vida diferente a la que tenemos, nunca hemos tenido una idea que podamos conservar para enriquecer nuestro ser, nunca hemos tenido un amigo, y aunque sepamos los pensamientos de unos y otros, nunca nos hemos sentido más que como extraños en un vacío lleno de voces y ecos que sólo repiten lo que no queremos saber de nosotros mismos.

La vida en un mundo sin privacidad nos ha hecho perder la emoción de la misma, aunque nunca la tuvimos, pero con cada día y cruce de miradas (y pensamientos) la situación nos consume más y más, no hablamos, no sentimos pues no queda nada por decir, y en un mundo sin palabras pero con exagerada cantidad de información ¿cómo se puede siquiera imaginar la relación con otras personas?

Yo creo que mi vida no es más ni menos miserable que la de los demás (es más, lo sé) pero la certeza de todo es lo que me (nos) abruma, la inexistencia de los secretos, las sorpresas, el mismo destino que nos acecha desde las mentes más poderosas que nos dominan. Por eso, yo prefiero vivir en el sueño eterno que voy a emprender, los demás saben mis pecaminosas intenciones pero no me detienen porque ellos saben que el infierno al que voy, es el mismo al que desean ir todos los habitantes de este vacío lleno de voces y ecos que sólo repiten lo que no queremos saber de nosotros mismos.

-Agatha

Lluvia

Ella quizás era
el pañuelo de tus ojos
y en tu rostro se hospedaba el desastre,
no tan pasajero.

Las astillas celestes
que resbalaban por tu calle
te buscaban como estacas
al desgraciado nato culpable.

No te llamaba,
opacaba tus gritos (susurraba)
en el terror tácito
que se había instalado
en el tormento de tus días.

Y no la sentías fétida, triste,
sólo cercana,
al acecho de tu tierra
no tan firme (se cae la máscara)

Y lo sentías,
en tu cara,
enjuagándote la culpa,
pero admítelo,
bajo ella,
siempre estabas.

-Agatha

Este poema lo escribí hace poco casi dos años para una clase sobre recursos literarios en el colegio, sin embargo, creo que resultó mejor que otros producto de mis sentimientos espontáneos (aunque éste también tiene que ver con lo que estaba viviendo en esa época). Ah por cierto, "Agatha" es mi seudónimo :).

domingo, 3 de enero de 2010

Filosofía para acabar con la especulación artística


El filósofo Didi-Huberman cree que la imagen se ha vuelto un bien de consumo


PEIO H. RIAÑO - MADRID - 24/12/2009 09:00

El filósofo e historiador del arte francés George Didi-Huberman, profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, está preocupado, a pesar de ser una persona afable y sonriente. Su hábitat está en las bibliotecas públicas y desde ellas puede ver cómo la historia del arte ha ido perdiendo el poso filosófico, que caracterizó a esta ciencia hasta primer cuarto de siglo XX. "El mundo de las imágenes y el mundo del arte están absorbidas por el mundo de las finanzas, así la imagen se ha convertido en un bien de consumo y el arte en un bien de especulación. La mejor arma contra la especulación económica es la especulación filosófica", ¿un terrorista? "Sí, un poco, pero un terrorista dulce", resuelve entre risas el autor.
Didi-Huberman tiene una explicación a la desaparición de esta intención filosófica: "Hoy un historiador del arte se parece más a un empresario o a un científico de laboratorio que a un modelo filosófico". Lamenta la situación porque no pueden entenderse la una sin la otra y señala la industrialización de los contenidos de los museos como una consecuencia del vacío de reflexión. "Los museos transforman objetos privados en un bien público. Pero cuando la transformación sucede para especular y comercializar con el patrimonio, algo terrible sucede en estas instituciones en crisis".
"Hoy un historiador del arte es más un empresario que un filósofo"
Cree que la ruina de la filosofía arrancó con la toma del poder de Hitler. "Con la llegada de los nazis a Alemania todos los historiadores y filósofos alemanes, como Panofski, deben marchar al exilio rompiendo de esta manera una de las tradiciones filosóficas más importantes". De hecho, toda la biblioteca de Aby Warburg quiso quemarse a partir de 1933 y fue trasladada clandestinamente en barco hasta Londres. Aquello "acabó con toda la ambición filosófica dominante" y hoy sufrimos las consecuencias del traslado al ámbito anglosajón.
Bien conocido en nuestro país por libros como Lo que vemos, lo que nos mira o Imágenes pese a todo: memoria visual del holocausto, ahora publica La imagen superviviente (Abada Editores), en el que recupera al filósofo alemán Aby Warburg (1866-1929), encargado de fulminar la idea de una historia del arte evolutiva respaldada por Winckelmann, para demostrar que el progreso en los movimientos artísticos es pura ilusión. Que no existe y que en su lugar, lo único que rezuma es el inconsciente de los miles de años. La tradición es el inconsciente.
Para Warburg como para Didi-Huberman, todo lo que esté fuera de su tiempo no tiene relación con el arte. Por eso son tan importantes "los aspectos antropológicos y psicológicos para entender la creación artística", cuenta el filósofo. Aclara que a estos aspectos se llega desde la memoria del inconsciente. Trabaja el psicoanálisis para la lectura crítica de la imagen y lo llama "imagen síntoma" concepto esencial de su filosofía, con la que busca arrancar y salvar a la tradición del conformismo que la devora.
El vacío de reflexión afecta al contenidos de los museos




viernes, 1 de enero de 2010

El 2010 es el año de...

dejar de aferrarse a las cosas/personas/el pasado. Feliz año para todos! Espero que esos deseos que les pedimos a las uvas se cumplan este año y que logren todo lo que se han propuesto. He decidido que el 2010 será el año para dejar de aferrarme a ciertas cosas/personas, the year to let go. Y en esa nota, a continuación les presento uno de mis poemas favoritos por Elizabeth Bishop sobre el arte de la pérdida (en español y la versión original en inglés, porque leer una traducción nunca es lo mismo):

One Art
The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

--Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Un Arte
El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.

Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.

Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.

Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre.

      Tengo la esperanza de comenzar a escribir de nuevo pronto para poder publicar algo mío, sin embargo, por ahora tendré que conseguir algunas de mis piezas viejas en mi laptop cuando regrese a Boston mañana.
      Siento que ya es el momento para regresar, he tenido una dosis más que generosa de amor familiar en Caracas, sin embargo, no estoy ansiosa por volver a la nieve, -16 °C de temperatura, y casi la misma temperatura de las personalidades de la gente allá ¬¬. Cada vez que tengo que regresar extraño todo más, todas esas cosas que te hacen decir "estoy en casa" (especialmente en Navidad que todo lo cultural es más obvio a la enésima potencia), como poder ver el Ávila (las montañas en general porque Boston es PLANO), las gaitas, la comida, tomar (¬¬ por qué decidí ir al único país que no permite tomar a los menores de 21?), y sobre todo MIS PANAS. Si bien es cierto que tengo algunos amigos en Boston, siento que al conocer cualquier persona allá (que no sea venezolana) se crea una barrera cultural que hace que la persona y yo nos veamos como seres esencialmente diferentes. OK, somos humanos, no es como que estoy tratando de socializar con un alienígena pero realmente estoy cansada de la siguiente serie de preguntas/comentarios:




·         Por qué decidiste venir a este país?
·         Ay pero no pareces hispana
·         Nunca he oído de ese país
·         Y piensas regresar al terminar de estudiar aquí?
·         Y qué te parece el clima?

      POR EL PODER SUPREMO QUE PUEDE QUE HAYA POR AHÍ, no quiero tener que hablar del hecho de que me sentía atrapada en mi propio país y que por eso decidí irme; del hecho de que SÍ soy hispana (VENEZOLANA) y estoy orgullosa de ello y que me parece estupidísimo si piensas que decirme que me veo francesa o española (como suelen decirme la mayoría de las veces) es un cumplido; de tu ignorancia geográfica/cultural que me hace hervir la sangre, de que amo vivir en Venezuela pero me provoca terror pensar en la posibilidad de quedar atrapada aquí si Chávez sigue en el poder (y de que no sé a dónde me habrá llevado la vida en 3 años cuando termine); y finalmente, de que odio la nieve con todo mi ser y que a pesar de que prefiero el friíto al calor me estresa tener que revisar Yahoo Weather antes de salir a cualquier sitio para saber cuántas capas de ropa/preparación psicológica requerirá la salida o si en verdad la salida amerita sentir que mi cara va a salir volando en cualquier momento y que mis orejas y dedos se van a caer.

      De verdad, me estoy cansando de lidiar con esas preguntas o comentarios, con los gringos que me ven hasta cierto punto como un alienígena, y siento que me estoy aislando porque simplemente no me provoca conocer gente en Boston o llamar a quienes ya conozco porque no tengo el mismo feeling que con mis panas de acá. Es que no me van a decir ustedes que comentarios como éstos (que lo que me inspiran es un F YOU) no lo motivan a uno a buscar amigos en B-town (o será que es así en Estados Unidos en general?):




·         Respuesta de un chamo de Estados Unidos al que le dije que no me importaba tener que limpiar mi propio baño en la residencia estudiantil porque soy OCD y me gusta limpiar: AH, PERO CLARO QUE TE ENCANTA LIMPIAR, SI ERES HISPANA!
·         Imbécil de Hong Kong: Cuánto tengo que pagarte para que me limpies el baño?
·         Un chamo de China: Ahhhh eres de Venezuela. Qué raro, no parece que eres de África.
·         Primera pregunta de una persona de Estados Unidos con la que salí (una sola vez fue suficiente para darme cuenta de que no iba a funcionar): Si pudieras decirle al mundo algo sobre Venezuela que no saben, qué sería y por qué? ---> Esta persona me hizo sentir como que estaba en un talk show o en el Miss Universo, situaciones en las cuales jamás me gustaría estar.
      Así que, a ustedes que me preguntaron estas cosas y me hicieron estos comentarios, espero que tengan un feliz (y más inteligente/culturally aware) 2010.