lunes, 4 de enero de 2010

Nuestros pensamientos a puertas abiertas

Esto es algo que escribí poniéndome en la posición de alguien que vive en un mundo donde se pueden escuchar los pensamientos de todos:


Siempre me he preguntado por qué en la creación no se incluyó un concepto de “privacidad mental” e irónicamente, todos lo saben, y yo sé que ellos también se lo preguntan. No tenemos mucho de qué quejarnos sin embargo, pues nunca hemos conocido una vida diferente a la que tenemos, nunca hemos tenido una idea que podamos conservar para enriquecer nuestro ser, nunca hemos tenido un amigo, y aunque sepamos los pensamientos de unos y otros, nunca nos hemos sentido más que como extraños en un vacío lleno de voces y ecos que sólo repiten lo que no queremos saber de nosotros mismos.

La vida en un mundo sin privacidad nos ha hecho perder la emoción de la misma, aunque nunca la tuvimos, pero con cada día y cruce de miradas (y pensamientos) la situación nos consume más y más, no hablamos, no sentimos pues no queda nada por decir, y en un mundo sin palabras pero con exagerada cantidad de información ¿cómo se puede siquiera imaginar la relación con otras personas?

Yo creo que mi vida no es más ni menos miserable que la de los demás (es más, lo sé) pero la certeza de todo es lo que me (nos) abruma, la inexistencia de los secretos, las sorpresas, el mismo destino que nos acecha desde las mentes más poderosas que nos dominan. Por eso, yo prefiero vivir en el sueño eterno que voy a emprender, los demás saben mis pecaminosas intenciones pero no me detienen porque ellos saben que el infierno al que voy, es el mismo al que desean ir todos los habitantes de este vacío lleno de voces y ecos que sólo repiten lo que no queremos saber de nosotros mismos.

-Agatha

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